viernes, 25 de agosto de 2023

BREVE HISTORIA de la FABRICA AMAT de MONTEGRANDE

"Una Fabrica es mas que lo que se ve, es mas que sus maquinas, que sus edificios, una Fabrica es un proyecto, es una idea, que se va trasmitiendo y adaptando a través de generaciones, es un conocimiento que se acumula y crece. Una Fabrica no es lo que se ve, es un proceso en incesante cambio".

 


Paso mucho tiempo desde que se tejio el ultimo metro de tela en AMAT y me pareció necesario reflexionar sobre su pasado y hacer un balance de sus sesenta años de historia, que en definitiva es la historia de la Industria Argentina.



Amat llego a darle trabajo a 1300 familias de Montegrande, fabricaba un millon de metros de tela por mes y durante años fue el principal contribuyente de Esteban Echeverria. Todos los que trabajaban, obreros, empleados, técnicos, directivos, eran vecinos, la mayoría hijos y nietos de familias que habían trabajado antes.

Los mas jóvenes entraban de aprendices y los mayores enseñaban. Sus primeros maestros vinieron de Catalunya. Teniamos un Servicio Medico que también cuidaba de sus familias, fundado por el Dr. Pedro Dreyer. Daba créditos especiales para que pudieran construir sus casas y también otros beneficios sociales de los que fueron pioneros.


Tambien la Fabrica tenia un area social que dirigia Doña Carmen Amat. Hacia donaciones a los hospitales, a los escuelas y creo la Guarderia. Tambien, creo "Vacaciones Felices", la Colonia de Vacaciones de Amat, que compartimos los hijos de los trabajadores, los obreros, los empleados y los vecinos. Todos aprendimos a nadar en su pileta

Tambien fueron pioneros en diseño e innovación tecnológica. Fueron los primeros en estampar arte en sabanas. Fiesta, su marca insignia, fue muy conocida. AMAT de MONTEGRANDE llego a ser una de las Empresas Textiles mas importantes del país.



Fueron años de mucho progreso, pero un dia todo cambio. A fines de la decada del setenta, con la irrupcion del Neoliberalismo, empezo una larga crisis que poco a poco fue zocabando las bases de nuestra economia y de nuestra cultura, la Cultura del Trabajo. Asi empezo la decadencia de la Industria Argentina.

En Amat habíamos hecho importantes inversiones, una tejeduría modelo en Comodoro Rivadavia, un taller de confecciones en San Luis, un taller de Fotograbado que en ese momento era el mas moderno del Pais.

Pero de pronto abrieron de forma irrestricta e irresponsable la importacion y nos invadieron de productos de mala calidad y a precios irrisorios, productos que además estaban subsidiados en sus países de origen, todos a mitad de precio, y entramos a perder plata.



Y tuvimos que pagar los viejos creditos con nuevos creditos, en condiciones cada vez mas leoninas, y con las deudas nos fueron agobiando.

Las fabricas fueron cerrando, quebrando y el paisaje se fue poblando de ruinas, de edificios abandonados, maquinas oxidadas y baldios.

Otras Fabricas, las mas grandes, bien ubicadas, fueron compradas por Hipermercados, las demolieron, e instalaron su propia historia, y aquel pasado de trabajo y progreso se fue perdiendo en el olvido.



La historia de Amat, que cuento en este blog, no es una historia especial, es la misma historia que vivimos muchos, fabricas chicas, fabricas grandes, talleres, y también es la historia de todos los que trabajamos y vivimos de nuestro trabajo y de nuestro oficio durante años, sin entender porque, de un dia para otro, nos transformamos en desocupados.

En Amat la peleamos hasta el final y perdimos.

Amat cerro definitivamente sus puertas en 1998, después de haber trabajado veinticuatro horas por dia, todos los días del año, durante sesenta años.



EN AMAT NO TODO SE PERDIO, ALGO SE SALVO. MONTEGRANDE 2023

El caso de Amat es excepcional, en Amat no se perdió todo. Algo quedo. A la sombra de su Chimenea crecieron tres generaciones de Montegrande, y sigue de pie.

A la Fabrica la compro Coto. La quizo comprar Wal-Mart, pero no pudo. Se instalo en uno de los edificios mas antiguos de Hilanderia, lo remodelo pero mantuvo su identidad.

La Fachada, las Naves de ladrillo, la Chimenea, esta todo igual, casi como si no hubiera pasado el tiempo.



Tambien las dos manzanas de fondo, que estaban condenadas a transformarse en un baldío o en un negocio inmobiliario, se salvaron.

Hoy son el Campo Amat, un espacio lleno de vida donde se organizan fiestas, recitales, ferias, y es un pulmón verde y un espacio de encuentro que disfrutan todos los vecinos.

Todo el conjunto edilicio, en 2022, fue declarado Patrimonio Historico y Cultural de Esteban Echeverria.



Tambien se salvo su Historia. Hoy sigue viva recordada por los vecinos, por la gente grande, muchos jubilados que trabajaron en Amat, y aun cuentan anécdotas, pequeñas y grandes historias, de los momentos felices que compartieron.

Y también las escucharon sus nietos, sus herederos, que son los que van a seguir recordandolas y contandolas y porque no, empezando a soñar un nuevo proyecto.



PORQUE NO VOLVER A EMPEZAR.

Muchas veces me pregunte qué haría Don Alfonso, mi abuelo y mi padre, hoy. De lo único que estoy seguro, es que no estarían pensando en la vieja fábrica, estaría pensando algo totalmente nuevo. Mirarían las Naves vacías, que ellos levantaron, y empezarían a soñar.

La vieja Amat deja un legado y un desafío. Hoy la vieja Amat es un espacio abierto, vacio, lleno de esperanza, esperando que una nueva generacion de Montegrande lo vuelva llenar con imaginacion y trabajo como lo hicieron sus abuelos, llenarlo con sus propias ideas, con sus propios proyectos, con sus propios sueños.

Porque no volver a empezar.



LA FABRICA YA NO ESTA PERO SU PROYECTO SIGUE VIGENTE


Con el fin de la fabrica se terminaron muchas cosas, se iba la obra de toda una generación, el legado de toda una época. Esa generación llego con los barcos.



Cada uno trajo su oficio, un conocimiento, una forma de hacer las cosas. Ellos trajeron una cultura, la cultura del trabajo. Era una época con baldíos y fabricas que hacer.



En cada taller había alguien pensando, inventando, desarrollando. En cualquier lugar podía estar naciendo una gran idea, una gran industria. Amat empezó así.



Cuando la fábrica se instalo en Montegrande en 1938, mi abuelo, Alfonso Amat Murtra, tenía un proyecto, una idea. Era catalán, Ingeniero, y había aprendido el oficio de su padre y de su abuelo en Vilassar de Mar,el pueblo donde nacieron.



La fabrica antigua en Cataluña había seguido creciendo, pero él quería volver a empezar. Y eligió Argentina, Montegrande, un pueblo de campo en la Provincia de Buenos Aires, y entre los vecinos y el paisanaje, empezó la fábrica. En aquella epoca era un gran progreso dejar el duro trabajo rural y trabajar en una fabrica y aprender un nuevo oficio.



La fábrica empezó como escuela. Todas las cosas que empiezan, empiezan igual. Lo primero es el oficio, es saber como se hacen las cosas. Se empezó enseñando el oficio. Primeros fueron maestros catalanes, después vinieron otros. Ese fue el primer paso.



Después ese conocimiento se fue acumulando, se fue perfeccionando, se fue trasmitiendo. Todo lo que se veía, las maquinas, los edificios, eran la consecuencia.



La fábrica era eso, la idea, el proyecto que le daba sentido a todo. Los edificios se ampliaban se transformaban, las maquinas también, pero la fabrica seguía siendo la misma, mantenía el mismo espíritu.
En esa epoca era impensable que el Patron no conociese el oficio, si era una carpinteria, el Patron era el que mas sabia de maderas, y si era una Textil era el que mas sabia de telas.

Sabian del oficio y lo enseñaban y de eso dependia el futuro, el crecimiento.

La palabra Patron viene de los barcos, el Patron era el Capitan del barco, y cada tripulante tenia una responsabilidad concreta, un oficio particular, y todos dependian de todos y todos necesitaban de todos para llegar a un puerto nuevo.

Mi abuelo siempre decia que ser Patron no era un derecho, decia que ser Patron era una responsabilidad.

El Capitan era el responsable del rumbo, de la tripulacion y si el barco se iba a pique, era el ultimo en abandonar la nave.

En esa epoca todavia no existia Presidencia, las Gerencias, ni los obreros, simplemente estaban Don Alfonso, Nelly y Don Jose.

Despues vinieron sus hijos, sus nietos, y siguieron progresando. Las Fabricas florecian y los pueblos que los habian acogido, tambien.

LA SEGUNDA GENERACION



Desde el principio el Ingeniero Alfonso Amat Murtra, dirige la empresa acompañado por sus dos hijos, Jaime y Alfonso Amat Puig y Carlos Olive que lo acompaño tambien, y despues siguio acompañando a mi Padre. Cuando mi abuelo fallece en 1959, Jaime sigue su camino y funda la fabrica de Motores Perkins y Alfonso, mi padre, continua dirigiendo la empresa familiar.



Con el se hace cargo la segunda generacion. Muchos hijos de los primeros operarios se habían formado y llegaron a ocupar los cargos más importantes de la empresa.

A mediados de los 70 eramos mas de mil familias viviendo de la fabrica en forma directa y muchas mas en forma indirecta, fabricabamos un millon de metros de tela por mes.



En esa época en las fabricas eramos los primeros en enterarnos y en aplicar los últimos desarrollos tecnológicos, estabamos en el centro mismo de las innovaciones.



Tambien en nuestros laboratorios investigábamos y en los talleres se reformaban maquinas, se fabricaban maquinas, y se innovaban procedimientos, eramos parte de una cadena creativa, que generaba trabajo. En esa epoca la fabrica textil Amat era el principal contribuyente del partido de Esteban Echeverria.



Todos eramos de MONTEGRANDE o de los alrededores. Viajábamos todos los años a Europa a ferias de maquinaria, a investigar productos nuevos, a descubrir tendencias nuevas. AMAT crecía y el pueblo de MONTEGRANDE también. Fue un periodo de mucha expansión. Al espacio de la fabrica se le sumo el espacio de la marca.



Las marcas no nacían de una campaña publicitaria mas o menos ingeniosa, eran el resultado de muchos años de trabajo. Eran una garantía de calidad. La fabrica siguió creciendo. FIESTA llego a ser, una de las marcas mas conocidas del mercado.

Fuimos los primeros en estampar arte y moda en sabanas, fue una revolución. Nadie lo había hecho. Fuimos los mejores. Exportamos a EEUU, a Europa, a Sud Africa, a Chile, a Brasil.

AMAT en esa epoca dejo de llamarse AMAT S.A. y paso a llamarse AMAT de MONTEGRANDE.



Todavía había mas gente en fabrica, en los laboratorios, en las oficinas de control de calidad, en diseño, que en las oficinas de Administración. La fabrica era mucho mas que la fabrica.

Era una red integrada con proveedores, fabricantes de maquinas, colegas, clientes, y todos compartíamos el crecimiento.

Los bancos también formaban parte de la red y financiaban su expansión. Cada uno tenia su tarea en esa cadena que generaba economía y trabajo. Cada uno era un eslabón indispensable y todos dependíamos de todos.

Aquel pedazo de campo se habia transformado en una pujante industria y el pueblo de MONTEGRANDE ya era una ciudad.

A la tejeduría inicial le habíamos sumado la hilandería, después la terminación, la estamperia, los talleres de confección. Hasta llegamos a tener campos de algodón en la Provincia de Cordoba.

Desde el algodón hasta la sabana envasada con marca propia. En todos los hogares había una sabana FIESTA.


Desde el principio el crecimiento de la fabrica estuvo íntimamente vinculado con el crecimiento de lo social.



Desde que empezamos, la jornada laboral fue de ocho horas, aun antes de que fuera obligatorio y solamente hacia horas extras el que necesitaba reforzar su sueldo. Tambien la empresa daba creditos para que pudieran comprarse un terreno o ampliar sus casas.



También teníamos un plan de salud para toda la gente que trabajaba y sus familias que inicio el Dr. Pedro Dreyer funcionaba una guardería infantil y una colonia de vacaciones que fundo mi madre, doña Carmen, y ella se ocupaba de todo.

La colonia de vacaciones se llamaba "Vacaciones Felices" y la disfrutaban todos los chicos de la fabrica y tambien los vecinos. Muchos de nosotros aprendimos a nadar en la pileta.


Tambien teniamos cancha de futbol, equipo de futbol, camiseta, y un quincho grande donde haciamos los grandes festejos. Tambien se donaban telas a hospitales y escuelas de la zona, y patrocinamos, con otros Industriales de zona, la creacion del Instituto Tecnologico Llavalloll,  ITILL, que formaba tecnicos y profesionales que la pujante industria iba a necesitar.

AMAT mas que una empresa familiar era una empresa de familias de la cual todos nos sentiamos parte.


Y el proyecto siguió creciendo, asi en 1978 nacio ARAUCAN en Comodoro Rivadavia, una tejeduría de la mas alta tecnología y mas tarde en San Luis, el taller de confecciones RANQUELES.

Un proyecto que había nacido en MONTEGRANDE se seguía desparramando por el país.


Tambien a las telas para el hogar se le sumaron las telas para Moda, y bajo la dirección de Amparo Amat, fueron ocupando cada vez mas participación en la producción y el mercado.

En la familia siempre fuimos muy creativos, años antes, nuestro hermano mayor Alfonso, habia creado el Jután, una tela-insignia, que nos salvo de muchas crisis.



En esa época con las quiebras no se perdía nada. En aquella época cualquiera que tenia buena voluntad, trabajando podía progresar.

El que quebraba era un sospechoso, o por lo menos un incapaz. Las maquinas no se perdían, seguían trabajando en otro taller, en otra fabrica, formando parte de otro proyecto, la gente cobraba su indemnización, conseguía trabajo, y seguía creciendo en el oficio.

En definitiva el único que perdía era el responsable del fracaso.



A LAS FABRICAS LAS DESTRUYERON DE ADENTRO



Pero de un día para otro todo cambio. La gran crisis empezó con la implementación del modelo económico Neoliberal a fines de la decada del setenta y que culmino con el Menemismo.

Nos envenenaron, primero metieron la plata dulce y trajeron la especulación. La idea de que se podía vivir sin trabajar. Con él empezó la destrucción de la industria argentina, la destrucción de la cultura del trabajo.

Fue un virus perverso que se nos metió en la sangre y nos fue contagiando a todos. Empezaron los viajes a Miami, a comprar todo por dos pesos, ya no importaba perder el trabajo porque con los intereses de la indemnización cualquiera podía vivír mejor.



En las fabricas también se metió. Un día un contador demostró, que era mas negocio parar las maquinas y poner la plata a interés e importar, que seguir trabajando, y en los números tenia razón y muchos lo escucharon.

La gente de fabrica empezó a tener cada vez menos importancia y la oficina de finanzas creció mas en las decisiones.

Se empezaron a cambiar las prioridades. El mantenimiento, la capacitación, el reequipamiento, el desarrollo de productos, no eran importantes. El negocio podía ser otro. Las oficinas empezaron a ser cada vez mas grandes y los laboratorios mas chicos.

Antes el progreso se veía. Eran las maquinas nuevas, era mas stocks de materia prima, mas horas extras, dibujos nuevos, pero después todo empezó a ser cada vez mas abstracto.

La alternativa de cualquier fabrica de salir adelante siempre fueron mas o menos la misma. Diseñar cada vez mejores productos, mejorar el servicio, cuidar la calidad, tener vendedores que se pongan la camiseta, sacarle el mejor rendimiento a las herramientas, a las marcas y al oficio.

Después empezó a cambiar. Aparecieron bandadas de gurues, personeros de los bancos, sobrevolando a las empresas golpeadas por las crisis que ellos mismos habían creado. Ellos eran los representantes del nuevo mundo, de la nueva economía. Ellos eran el futuro. Nosotros los que todavía vivíamos de nuestro trabajo éramos reliquias del pasado.

Los bancos ya no confiaban en nosotros ni en nuestros proyectos, los nuevos bancos, los nuestros ya habían sido destruidos, limitados o corrompidos. A los nuevos ya no les importaban ni las ideas ni la trayectoria. Para ellos era un negocio mas confiable la especulación y el consumo. Los que queríamos comprar una maquina nos encontramos con todas las ventanillas cerradas.

En ellos confiaba el nuevo poder. Sin ellos estábamos condenados a cerrar. Ellos ofrecían protección. pero la protección no es gratis. Se metieron en todas partes. Cobraron honorarios exorbitantes. La formula que aplicaban era simple. El problema era el costo, los cursos de capacitación, los controles de calidad, el departamento de diseño, el trabajo bien remunerado, que habian sido la clave de nuestro exito, se empezaron a limitar, todo lo que no producía aquí y ahora no servia, y nos fueron ahogando de a poco.

Simultáneamente las oficinas se llenaron de asesores, auditores, financistas, lobbistas, que empezaron a drenar todo el futuro de la empresa. De a poco nos fueron enfrentando entre nosotros. El buen cliente que nos había ayudado a crecer durante años, se transformaba en el culpable de que nosotros no pudiéramos pagarle a los proveedores. Y así una alianza que nos había hecho crecer a todos durante décadas, por un cheque rebotado, se hacia pedazos.

EL FINAL

La crisis que había empezado a fines de los 70 se siguió agravando y en el 94, durante el Menemismo, la situacion de la empresa y de toda la industria textil era critica.


En nuestro afan de estar siempre actualizados con la mas moderna tecnologica, en el 78, habiamos montado una tejeduría modelo con telares de ultima generación en Comodoro Rivadavia, tambien, en San Luis, un taller de confecciones, habiamos reequipado nuestra Estamperia y Terminación de Montegrande e inauguramos un taller de fotograbado unico en el país, poniendonos, una vez mas, en la vanguardia del diseño.

Y nos dieron creditos a largo plazo y en condiciones muy ventajosas, para que pudieramos hacer la inversion.

Al principio anduvo todo bien, pagabamos las cuotas, los intereses, y las pagamos con las maquinas funcionando. De a poco nos fueron aumentando las tasas de interes, que al principio no era un problema. Lo podiamos pagar.

Pero de golpe nos abrieron la importancion, de un dia para otro, nos invadieron de productos importados basura, de la peor calidad, y que ademas los traian de paises que pagaban sueldos de miseria, y subsidiados. Y los vendian a mitad de precio.

Los clientes, de toda la vida, trataron de seguir acompañandonos como lo habian hecho siempre, pero tambien tenian que atender su propio negocio y las ventas empezaron a caerse en picada. Y empezamos a perder plata, y empezamos a endeudarnos.

Los creditos que habiamos sacado para comprar las maquinas, empezaron a ser una carga cada vez mas pesada, y tuvimos que sacar nuevos créditos, para pagar los viejos créditos, cada vez en condiciones mas leoninas. Los Bancos, poco a poco, se fueron empoderando de la empresa.



Soy Joaquin Amat, Arquitecto, desde muy chico fui miembro del Directorio y acompañe la gestion de mi padre, Alfonso Amat Puig, durante toda su Presidencia.

Compartimos años de mucho crecimiento, llegamos a fabricar un millon de metros de tela por mes y las sabanas Fiesta eran de las mas conocidas de mercado. Teniamos campos de algodon en Cordoba, y exportabamos a Brasil, Sudafrica, Europa y Estados Unidos.

Pero, de un dia para otro, a fines de la decada del 70, todo cambio. Empezo la crisis, una larga crisis que empezo y que nunca termino. En el 90, con el Menemismo, se agravo, y con el cierre de las Fabricas y los Talleres, empezo la desocupacion.

Mi padre decia que, para él, esta crisis era una crisis más de las tantas que habia vivido, y que con creatividad y trabajo tambien la ibamos a poder superar. Levantamos juntos la primer quiebra.



AMAT se había presentado en Concurso Preventivo de Acreedores a fines del 93, y en el 94 presentamos un Proyecto que diseñamos con el equipo de Profesionales de la Fabrica, y tambien junto a nuestros proveedores y clientes de toda la vida. El Proyecto incluia un Plan de Trabajo y de Pagos, con los que ibamos a poder cumplir con todas nuestras obligaciones.



Todavía en nuestras plantas trabajaban más de ochocientas familias. Teniamos todas las cuentas bancarias abiertas y los sueldos al dia. Es importante aclarar estos detalles.



El Proyecto fue aprobado por el 98% de los acreedores, todos querian que la Fabrica siguiera funcionando, pero la justicia en un fallo, negligente o mal intencionado, nos decreto la primer quiebra que implico el cierre de la fabrica durante cinco meses.

Una Fabrica es como un reloj, miles de engranajes, y cuando se detiene es muy dificil volverlos a sincronizar.

También quedaron a la deriva la tejeduría ARAUCAN en Comodoro Rivadavia y RANQUELES, nuestra confección en San Luis. La quiebra fue Revocada, y nos la tuvieron que devolver, porque la quiebra habia sido mal decretada, y nos devuelven la Fabrica sin agua, sin luz, ni telefono, y volvimos a empezar.



Pudimos negarnos a recibirla, la Justicia habia cometido un error gravisimo, pudimos haberles iniciado un juicio millonario, por los daños y perjuicios que nos habían ocasionado con el cierre, un juicio que sin duda hubiésemos ganado. Pero eso implicaba el cierre definitivo de la fabrica, y con mi padre decidimos recibirla y volver a empezar.



Empezamos devuelta y a los tres meses ya teníamos tres sectores en marcha y habíamos recuperado casi doscientos puestos de trabajo.



En 1996 fallece mi padre, la Fabrica estaba funcionando, y me tengo que hacer cargo de la Presidencia. A los tres días de su muerte, nos declararan una segunda quiebra y nos vuelven a cerrar la fabrica, pensando que ibamos a bajar los brazos.



Me reuni con Hugo Albornoz, que habia venido con todos sus compañeros, y le dije que si me acompañaban yo queria seguirla peleando.



Empezamos a reunirnos todos los martes en la puerta de la Fabrica, primero vinieron algunos pocos obreros, empleados, algun jubilado, despues fueron cada vez mas, y poco a poco se fueron sumando algunos vecinos, alguna institucion como la Camara de Comercio e Industria de Esteban Echeverria, el padre Jorge Vazquez que era el Parroco de la iglesia de la Inmaculada Concepción de Maria.

Tambien empezaron a acompañarnos los politicos, de todos los partidos, todos querian colaborar, la Prensa tambien. El primero fue Darcy Bickam con su diario La Voz del Pueblo, que empezo a hacer publico nuestro Proyecto. Todos querian que la fabrica se volviese a abrir

Esta vez la quiebra la habia pedido un acreedor al que le debiamos 3.500 pesos-dolares, una cifra irrisoria. Depositamos los 3.500, y nos tuvieron que devolver la fabrica, despues de tres meses cerrada. Y nos la entregan, una vez mas, sin agua, sin luz, sin teléfono. Y volvimos a empezar.



Con Hugo Albornoz transformamos a la Fabrica en Cooperativa.



Para un emprendimiento de esa magnitud la buena voluntad es necesaria pero no es suficiente. Tambien es necesario contar con una organizacion, con profesionales, abogados, ingenieros, tecnicos, que tengan el conocimiento necesario para ir resolviendo los distintos temas.



Y asi Luis Alberto Torres, empezo a aconsejarnos. Primero nos aproximo al IPAC (Instituto Para Accion Cooperativa de la Pcia. de Buenos Aires), a Sancha de Diego, para que nos acompañe en el proceso de transicion de la Sociedad Anonima a Cooperativa e hicieron una primer evaluacion.



Despues el IPAC contrato al INTI, el Instituto Nacional de Tecnologia Industrial, para que con un equipo de Ingenieros Textiles, dirigidos por la Ing. Patricia Marino, del CIT, diseñaran un Proyecto de Reestructuracion Industrial de Amat.

La Fabrica Amat estaba vieja, no solamente las maquinas sino tambien era obsoleto el modelo en el que habia basado su crecimiento durante muchas decadas. Era necesario pensar algo totalmente nuevo, que fuese mas moderno y eficaz.

Empezarian con un analisis objetivo de las instalaciones, de las maquinas, de su estado, de su utilidad, de su antiguedad, y tambien evaluar nuestro capital humano, nuestras capacidades, nuestras potencialidades, y tambien nuestras limitaciones. Repensamos la fábrica, la desarmábamos, y la volvíamos a armar.

Segun las primeras estimaciones que hicieron el Proyecto, cuando estuviese funcionando a pleno, podia llegar a generar quinientos puestos de trabajo y 3.500.000 pesos-dolares de beneficios por año.

Ese dinero lo podriamos aplicar a la reinversion de maquinaria y a la capacitacion. Y tambien honrar nuestros compromisos. El Proyecto se podia hacer por etapas y el IPAC y el INTI nos ayudarian a gerenciar el proceso de transformacion. (hay copia del proyecto).



Apenas nos devolvieron la fabrica establecimos una nueva red de alianzas y nos asociamos con otros cooperativas, como las tejedurías de Jáuregui, herederas de Flandria, el viejo sueño de Jules Steverlynck, con CITA de La Plata, con una Cooperativa de Algodon en Formosa, y tambien con nuestros clientes y proovedores de toda la vida.

Hugo Albornoz se ocupaba de la Fabrica y que funcionase. Tambien nos ayudaban Nestor Mendez y Julio Fink, que habian trabajado toda la vida en Fabirca con mi padre, y que nos aconsejaban.


Tambien Hugo se ocupaba de la Prooveduria de alimentos y otras cosas de primera necesidad. Conseguia alimentos, se los daban, una vez por semana, carne, y se los distribuian entre todos.



Tambien habiamos organizado un Servicio Medico. con medicamentos gratuitos, que tambien nos donaban, y en el verano pusimos en marcha la Colonia de Vacaciones y renacio "Vacaciones Felices". Fue un exito, venian mas de cien chicos y las mismas mamas cocinaban y los papas hacían de profesores de gimnasia.

En el fondo, tambien, organizamos jineteadas de potros, FIESTA CRIOLLA, como las bautisamos, para comprar algodon para la Cooperativa.



Un día nos enteramos casi por casualidad que Wal-Mart ya había negociado con la Justicia la compra del predio, los vecinos, los comerciantes, se fueron enterando, y hubo asambleas, reuniones, hasta que consiguimos una ley que prorrogaba, por 180 días, la instalación de Hipermercados en el Partido. Wal-Mart disistio de la compra.







Volviendo a lo que decia antes, la buena voluntad, el entusiasmo, es indispensable, pero no alcanza.

Teniamos una gran marca, Fiesta, pero a las marcas hay que alimentarlas, hay que enriquecerlas todos los dias, con nuevos diseños, con ideas, no alcanza con la inspiracion de un momento, es un trabajo.

Durante muchos años el Area de Diseño, Marketing y Publicidad de las Sabanas Fiesta habia sido mi responsabilidad.

Asi me contacte con la Facultad de Diseño Textil e Indumentaria de la Universidad de Arquitectura de la Ciudad de Buenos Aires, les conte el problema que teniamos y les comente una idea que se me habia ocurrido.



Ellos tenian todo lo que nosotros necesitabamos y nosotros tambien, teniamos algo que para la Universidad podia ser muy util.

En Montegrande teniamos un lugar muy amplio, libre, vacio, disponible, se los podiamos ceder para que instalen un Taller Experimental de Diseño Textil e Indumentaria.

Este espacio estaba pegado a la Estamperia, y tambien tendrian acceso al Taller de Fotograbado que todavia era muy moderno y a un Taller de Confecciones con maquinas de distintos tipos, que estarian disponibles en ciertos horarios.

En contra partida, la Catedra, los alumnos, los docentes de la Facultad, nos ayudarian a repensar el Departamento de Diseño de Amat, a imaginarlo como quisiesemos que fuese. Y nutrirlo con nuevos dibujos, diseños, desarrollo de lineas, de nuevos productos, envases. Y ademas de las sabanas y los manteles, tambien empezar a soñar un area de moda y tambien de indumentaria.

Se entusiasmaron.



El Proyecto estaba en marcha y tuvo una gran repercucion en los medios de comunicacion, tanto nacionales como internacionales, como el Primer Canal Alemán, que hizo un documental que retrasmitio a toda Europa.



Tuvimos el respaldo de todo el espectro politico. El proyecto fue declarado de interés Municipal por el Consejo Deliberante de Esteban Echeverria, de interés Provincial por la Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, en ambos casos por unanimidad, y tambien fue declarado de Interés Cultural por la Secretaria de Cultura de la Provincia de Buenos Aires.



Tambien participo la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Lomas Zamora, el Obispado de Lomas de Zamora, la escuela de capacitación laboral San Bonifacio, el Hospital Santamarina, La Camara de Industria y Comercio de Esteban Echeverria, la escuela 403 de Esteban Echeverría con un plan de capacitacion y reinsercion laboral.



No estuve solo, le quiero agradecer a Hugo Albornoz, y a todos sus compañeros que juntos y con esperanza la peleamos hasta el ultimo dia.

A Luis Alberto Torres, que nos aconsejo y nos acerco a muchos de los profesionales e instituciones que acompañaron nuestro proyecto. Gracias a Nestor Mendez, a Julio Fink, y tantos otros viejos amigos de mi padre, que nos aconsejaban y cuidaban. Al Ingeniero Felix Baroni, a Horacio Rodriguez, a Torchoi, a Martin Terms, que aportaron su amistad y experiencia.

Tambien agradecerle especialmente al Padre Jorge Vazquez Parroco de la Iglesia Inmaculada Concepcion, a Darcy Bickham, fundador de la Voz del Pueblo de Montegrande, que fue el primero en hacer publica nuestra lucha y nos acompaño hasta el final.

Agradezco también a todos los que nutrieron e hicieron crecer el Proyecto Cultural de Amat.

Al Arquitecto Hector Medici, Niko Guland, a Emilio Renart, al Arquitecto Osvaldo Giesso, al escritor y Periodista Miguel Briante y Jorge Pistocchi. A Jorge especialmente le damos gracias por su compromiso con la Cooperativa y haber sumando su experiencia como periodista para hacer visible y trascendente la lucha de Amat y Montegrande en defensa del Trabajo Argentino.

60 AÑOS FABRICANDO TRABAJO Y CULTURA


Finalmente a pesar de todo el esfuerzo que hicimos la fabrica Amat cerro.

De un mazazo demolieron sesenta años de progreso, transformaron las maquinas, que hasta ayer habian estado produciendo cultura y trabajo en chatarra, vendieron las chapas de los galpones, los cables, vendieron todo, por nada.



Por ignorancia o codicia, un puñado de funcionarios judiciales, le daban fin a un proyecto que le habia dado trabajo y oficio a tres generaciones y que habia sido un orgullo de la industria textil argentina. Quien gano con la quiebra de AMAT?



Transformaron a hombres y mujeres, que habia estado viviendo de su trabajo y oficio durante años, de un dia para otro, en desocupados.

Se desperdicio una experiencia pionera que pudo servir como modelo para otras empresas que estaban viviendo la misma situacion.

La Fabrica cerro definitivamente en 1998, cuando cumplia sus 60 años de trabajo Argentino.





Estamos en el 2023 y pasaron muchos años de ese dia y podemos hacer un balance, sin nostalgia, de su pasado y de su presente.

Muchas cosas se perdieron pero algunas se salvaron. Se salvo la historia, la Chimenea, la Fachada, las naves de ladrillo, que siguen estando intactas.

Tambien se salvaron las dos manzanas del fondo, que podrian haberse convertido en un baldio o en un negocio inmobiliario, y hoy son el Campo Amat, ese espacio verde que disfruta todo Montegrande.

Despues de la quiebra vino el remate, primero vendieron las maquinas y despues las instalaciones. Era inevitable que el edificio lo comprase algun Hipermercado.

La habia querido comprar Wal-Mart, nos opusimos y no pudieron. Finalmente la compro Coto, tuvimos suerte.

No todos los Hipermercados son la misma cosa. Wal-Mart es un Empresa de Dueños abstractos, lejanos y desconocidos, en cambio Coto es Argentina, es una empresa familiar, con dueños de carne y hueso y que siempre se quedaron en el pais.

Coto cuido Amat, cuido su historia, su memoria y su arquitectura. Hoy la Fabrica esta intacta, casi como si no hubiera pasado el tiempo.

Cuando llego mi abuelo a Montegrande, Amat era un pedazo de campo vacio, abrio la tranquera y empezo a soñar, y asi la Fabrica empezo a nacer.

Se imagino la Chimenea, la Fachada, las naves de ladrillos. Despues imagino a esas naves llenas de maquinas, de sonido, llenas de oficios, de gente y de trabajo. Y ese sueño, junto a todos los de su generacion que lo acompañaban, lo hicieron realidad. Y dejaron un legado.

Hoy la vieja Fabrica vuelve a estar vacia, un aire de esperanza, para que una nueva generacion de Montegrande la vuelva a llenar con sus propias ideas, con sus propios sueños.

Hoy las nuevas generaciones de Montegrande tiene derecho a tener un lugar, una oportunidad, un espacio vacio, donde puedan, ellos tambien, empezar algo nuevo.



ULTIMOS RECUERDOS

En el 93 me fui a vivir a Llavalloll. Me mude a lo que había sido la casa de los hermanos Protto, una casa chica arriba de los galpones. Ahí empezó mi última etapa en Amat.

Viviendo ahí me hice cargo de la Dirección Ejecutiva de la Empresa. Ahí viví siete años luchando hasta el final buscando alternativas para salvar Amat. Levantamos tres quiebras, Y finalmente la Fabrica cerro y se remató.

Hoy en la Fábrica de Llavalloll están funcionando canchitas de Futbol pero en Montegrande algo quedo. La quiso comprar Wal-Mart, nos opusimos y no pudo, y finalmente cuando la fábrica cerro definitivamente la compro Coto.



Coto, es una empresa Argentina, cuido su historia, cuido su Arquitectura y dono el fondo que hoy es el Campo Amat, un espacio verde que comparten todos los vecinos. Se salvó la chimenea, la fachada y sus naves que hoy siguen intactas. Dejo abierta una esperanza.

Un espacio vacio para que las nuevas generaciones de Montegrande puedan imaginar un lugar donde renazca la vida, el trabajo y la imaginación.



EL ATARDECER

Hace un tiempo, mirando unos cuadernos viejos, encontré dos textos que habia escrito. Uno, recordando los ultimos días en la Fabrica, el otro del dia que deje Llavalloll, mi casa, mi última trinchera. Ese año yo cumplía cincuenta años.

FINAL DE FIESTA

Monte Grande, la Fabrica.

Habían pasado muchos años. Se acordó de un carnaval, el último festejo, la despedida. Amat, la vieja Amat, se iba con el último carnaval del milenio.

AMAT se fue con una fiesta, no podía ser de otra manera, Fiesta, las sabanas, las fiestas y los festejos que organizaba su padre, un industrial creativo, que con toda su generación habían transformado un pedazo de campo en Ciudad.

Se acordó de la última murga, bailando con un bastón y su galera. La galera, la única herencia que le había dejado su viejo. Una galera mágica donde siempre podía encontrar un nuevo sueño, una nueva ilusión.

El final era irremediable, lo supo antes que todos. Estaban solos y agotados.

Repartio lo que habian juntado en los carnavales, un poco de tela que todavía quedaba. Abrió la barrera e invito a que la pudieran despedir todos. Entro Montegrande, la gente, los viejos obreros, los jubilados, los vecinos.

Recorrieron por última vez la fábrica. En silencio. Les dice que se lleven todo, que nadie podía ser más dueño que ellos. Se llevaron poca cosa, algunos recuerdos, un banquito, una herramienta, un almanaque. Al mediodía entro solo en Presidencia, cargo el retrato de sus abuelos, las fotos, un par de libros.

A los días vino el remate, otra gente, extraños, compraron maquinas, que funcionaban, por kilo de chatarra. Hasta los techos se llevaron, se fue todo. El conocimiento acumulado por generaciones se desperdigaba para siempre.

Pasaron Muchos años de todo eso, quedo un recuerdo amargo, Coto, sus baldios, y una cicatriz profunda.

Tambien Protto, los schablones con los que estampamos miles y miles de diseños, nuestro tesoro, tajeados para separar stands de un Paseo de Compras. Lo que siguió fue muy duro. La primer perdida fue Montegrande, la segunda sus amigos, la tercera, Protto, en Llavalloll, su casa.

LA DESPEDIDA

Llavalloll, Septiembre 1999.

Protto, en la esquina de Amaya, arrinconado entre las ultimas paredes. Un paisaje caótico, de perdida infinita, con el universo en la mano, hecho añicos.

Recordo aquel momento. Cuando fue que supo que todo habia terminado, cuando?. Antes del invierno, vino otoño. El otoño y sus presagios.

Arrastro los últimos cuadros, sus ancestros desde lo oscuro de sus retratos lo miraban atentos. Abrazo sus urnas, envolvió sus piedras. En una caja metió unas medallas, la rastra de plata con sus iniciales, el pasaporte de su abuelo.

Guardo sus libros. Tenia que llevarse lo justo, en un camarote no entra mas de lo necesario. Les dejaba un tronco seco y se llevaba la raíz.



EL PROYECTO CULTURAL DE AMAT

El éxito de Amat siempre había estado basado en su creatividad, su capacidad para incorporar nuevas tecnologías, nuevos modelos de organización, de comercialización, de comunicación, y aplicarlos antes que todos.

En realidad Amat en Montegrande siempre fue una usina de proyectos, siempre en algún rincón se estaba incubando algún proyecto nuevo, inventando algo nuevo, pero la fábrica fue creciendo, y además de las máquinas, los edificios, los oficios nuevos, también fue creciendo la estructura, y con la estructura va creciendo también cierta burocracia que es temerosa de las innovaciones y los cambios.

Por eso empezamos a pensar en crear un nuevo espacio, independiente, mas flexible, y asi nacio la “Incubadora de Proyectos de Amat en Llavalloll”.

El lugar que elegimos fue una manzana, con grandes naves e instalaciones, que había sido la vieja Fábrica que habían creado los hermanos Protto, unos pioneros de la Industria Metalúrgica de Llavalloll. Un lugar que ya tenía mucha historia.

“Entraron en lo oscuro del baldío y miraron el cielo,
en un instante el vacío se lleno.
El puente grua, la balanza, la gente, se lleno de gente…
los hermanos Protto empezaban…”


En esa manzana reunimos los tres proyectos más creativos de Amat.

En Amat en Montegrande dejamos un servicio mecánico que se ocupaba de las emergencias, y trasladamos a Llavalloll el taller más creativo, y además de los repuestos de Amat empezamos a fabricar repuestos para otras fábricas.

Asi nacio Retex. Llegamos a fabricar maquinas de hilar Open end, maquinas muy complejas. Las primeras las instalamos en nuestra hilandería de Montegrande y llegamos a exportarlas a Brasil y Sudafrica.

Con Horacio Rodríguez, instalamos un Taller de Fotograbado, en ese momento el mas moderno del País, y fabricábamos los Schablones y surgían los diseños que después se estampaban en nuestra Estampería.

Instalamos un taller de confecciones, experimental, donde desarrollábamos nuevos productos y envases.

Tambien desarrollamos otros proyectos, fabricamos Stands, muebles, y nacio ETE (Emprendimientos Tecno- Ecologicos), proyectos para generar energías alternativas, y creamos un modelo de Invernadero que el INTI, con sus Ingenieros, eligieron para su robotización.

En el 1984, el Ingeniero Felix Baroni y Pablo Iacub, pionero del software ERP, para gestión empresarial y fundador del Grupo Calipso, diseñaron el ITD (Informacion Toma Decisión), desarrollado para implementarlo en las primeras PC, que recién salían al mercado.

EL DEPARTAMENTO DE EXTENSION CULTURAL DE AMAT

En ese mismo lugar nacio el DECA, el Departamento de Extension Cultural de Amat. En en 1977 empezamos a patrocinar proyectos culturales que integraban la cultura del Arte con la Cultura del Trabajo. La Cultura del Oficio.

Las actividades del DECA, empezaron con el Arquitecto Hector Medici y la Curadora Niko Guland, con la presentación en el Museo de Arte Oriental de una colección de Katagamis Japoneses muy antiguos.

Los Katagamis son stenciles (el primer antecedente de los Schablones), hechos en papel de morera y cortados artesanalmente, a mano, con buril. Obras de arte que se usaban en su origen para estampar sedas en Japón. La expusimos en el Museo de Arte Oriental, y presentamos la linea de arte Oriental, con reliquias del arte Japonés.



Después lanzamos “Fiesta en el Espacio”, una muestra de Barriletes que remontamos en la plaza del Museo de Bellas Artes y tuvo el auspicio del Museo de Arte Moderno, y de la Ciudad de Buenos Aires.


Fueron diseñados por reconocidos artistas de esa época, Clorindo Testa, Josefina Robirosa, Ari Brizzi, Rogelio Polesello, Alejandro Puente, Enrique Torroja, que junto al equipo de Diseño de Amat trabajaron juntos y nacio la Colección de sabanas Vernisagge, que fue la primera línea de sabanas diseñada integralmente por artistas. También participaron de la Colección Aldo Sessa y Nicolas Garcia Uriburu.

Esa primera etapa la cerramos con una muestra en el Museo de Arte Moderno, donde participaron 67 reconocidos artistas, la muestra se llamaba “Homenaje a Julio Verne”, como un homenaje a los sueños y la imaginación.





Las muestras tuvieron una gran repercusión en Prensa, la publicidad de Amat, también empezó a ser un aporte a la Cultura.

En una segunda etapa inauguramos Ficciones, una Galería de Arte, orientada al arte seriado, las instalaciones, la tecnología y la comunicación. En ese espacio me conecte con artistas e intelectuales, un universo que, para nosotros, los que veníamos de la producción industrial, era casi lejano.



A fines de los ochenta, principios de los noventa, con el DECA empezamos a apoyar proyectos culturales más alternativos. El Centro Experimental de Video del Casal de Catalunya y la movida de la Galería Bond Street.

Con artistas, músicos, diseñadores, toda la vanguardia, transformamos los sotanos abandonados de la Galeria Bond Street, en un lugar emblemático de la movida cultural alternativa de los noventa y que todavía hoy sigue vibrando.

Tambien apoye el movimiento Metalero, muchos hijos de padres y de madres que vivieron de su oficio y de su trabajo toda la vida, como nosotros, fracasados como nosotros, y que aun hoy siguen manteniendo viva la llama de la Cultura del Trabajo.